jueves, 13 de marzo de 2014

Yoko Ono: "Traigo siete felicidades y ocho tesoros"

 
Si hay algún lugar en el que Yoko Ono se muestra cómoda es sobre el escenario, recreando sus performances. A sus 81 años, la viuda más famosa del mundo y la mujer que ha llevado la losa de ser considerada la causa de la desintegración de los Beatles hasta que hace un año Paul McCartney la exculpó, aterrizó ayer en el Guggenheim para demostrar que ella es una de las artistas más influyentes del planeta.

El museo inaugurará hoy una retrospectiva con más de 200 de sus obras realizadas en sus más de 60 años de trayectoria artística. Pero como preludio, Yoko Ono ofreció durante la tarde ayer, ante más de 400 personas en el Auditorio, tres de sus performances, dos de ellas recreadas por ella misma. Esquiva, sin conceder autógrafos a algunos de sus fans que le esperaban en la puerta, y evitando las cámaras de los medios de comunicación, a los que vetó también durante su actuación, Yoko Ono demostró una gran energía sobre el escenario y pintó a brochazos con tinta sumi, negra sobre blanco, unos caracteres de caligrafía japonesa. Después, tomó el micrófono para explicar la acción: "En la escuela elemental, todos los niños japoneses cantábamos una oración en la que un guerrero pedía a la Luna Nueva sufrir siete desgracias y ocho sufrimientos para hacer de él una persona mejor y así contribuir a mejorar el mundo. No le importaba sufrir. Me parecía algo increíble. Yo quería ser así", recordó. "Con el tiempo, me olvidé de esa oración y me ocurrieron muchas desgracias, hasta que en un momento creí que eso era demasiado y dije ¡basta! Convertí esas siete desgracias y ocho sufrimientos en siete felicidades y ocho tesoros, aquí representados. Son mi contribución a esta bella ciudad de Euskadi que es Bilbao", concluyó la artista.
Ono volvió a coger el micrófono en su última performance, Pieza promesa, ejecutada por primera vez en Londres en 1966. En aquella ocasión, la artista rompió un jarrón en el escenario y pidió al público que cogiera trozos, prometiendo volver a reunirse al cabo de diez años para recomponer el jarrón. En Bilbao, está representación incluyó dos jarrones, uno de los cuales permaneció intacto y el otro, en piezas que el público se llevó. "Dentro de diez años nos volveremos a reunir aquí y reconstruiremos el jarrón", prometió. La artista recibió una gran ovación del público tras la actuación de sus performances, que fueron presentados por el director general del Museo, Juan Ignacio Vidarte, y duraron aproximadamente media hora.
De incógnito
Poco más se sabe de la visita que Yoko Ono está realizando a Bilbao, ya que apenas trascienden detalles por expreso deseo de la artista. Yoko Ono llegó a la capital vizcaina el martes y, a excepción de algunas salidas gastronómicas como al restaurante Arzak en Donostia o al Hotel Domine de Bilbao, pasa la mayor parte del tiempo en el Guggenheim. Hoy, levantará el veto a los medios de comunicación y ha anunciado que asistirá a la presentación de su retrospectiva y que posará ante las cámaras.
La exposición es una de las apuestas fuertes del museo para este verano y recopila cerca de 200 trabajos que ofrecerán la oportunidad de conocer el universo artístico de Yoko Ono. El visitante podrá descubrir el abanico de medios que ha utilizado esta pionera del arte conceptual a lo largo de la trayectoria: desde las artes plásticas, el dibujo, la poesía, el cine o la música hasta las instalaciones, el vídeo o la performance, entre otros.
"Es la artista desconocida más famosa del mundo: todo el mundo conoce su nombre, pero nadie sabe qué hace", así definió una vez John Lennon a la mujer con la que se casó en 1969 y cuya fama eclipsó. "Yoko Ono es mucho más que la viuda de Lennon, por eso la molesta que en muchas de las entrevistas le pregunten obsesivamente por él", aseguran sus más estrechos colaboradores.

Fuente: http://www.deia.com


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